Un cierre no apto para cardíacos
Las emociones del día anterior estaban todavía frescas y hoy nos correspondía cerrar con broche de oro nuestra peregrinación. Hoy asistíamos oficialmente a la Misa del Peregrino, con el Pinche que ya se nos volvió a unir, en la monumental Catedral de Santiago de Compostela.
La Catedral estuvo repleta en el momento que todos llegamos. El corazón latía fuertemente por el profundo significado de lo que hoy habría de ocurrir. Pietro, elegante y nervioso ya estaba en el atrio del templo y todos los demás nos tratamos de colocar en sitios estratégicos para no perdernos ni un detalle nosotros mismos y para que las cámaras recojan mejor los instantes claves.
La solemnidad de la misa es algo digno de destacarse. Una monja nos hizo repasar las canciones en latín que se habrían de entonar durante la misa y anunció que unos peregrinos ecuatorianos, unos militares españoles que regresaban de Afganistán y una comunidad de Valencia, estaría participando en la misa.
La misa fue concelebrada con 6 sacerdotes provenientes de varios lugares incluyendo un italiano, un canadiense y un lituano. Los militares españoles hicieron una brillante alocución dando gracias a Dios por haberles permitido regresar sanos y salvos de su misión y pidiendo por el alma de los soldados caídos. Los de la comunidad de Valencia hicieron una de las plegarias más hermosas y emotivas quer uno haya podido escuchar.
La solemne misa transcurría llena de símbolos, ceremonias y recogimiento.
Y llegó el momento de la comunión. Pietro pasó al lado del altar y para sorpresa de algunos de los peregrinos de Ecuador, empezó a entonar con una voz que retumbaba en la silenciosa pero atestada catedral, la canción ecuatoriana escrita por el Hermano Miguel "Oh, buen Jesús, yo creo firmemente........". Desbordados por la emoción y sin poder contener las lágrimas nos acercamos a comulgar, con tanta fe, con tanta gratitud, con tanta paz. Después de una breve pausa, el Ave María de Schubert llenó de belleza y devoción hasta el espacio más pequeño de la inmensa Catedral. Qué profundo e inolvidable momento!
Luego de terminada la Eucaristía, el gigante y tradicional incensario de la Catedral de Santiago de Compostela fue puesto en funcionamiento, lo cual ocurre muy rara vez. Un grupo de monjes llamados tiraboleiros empezaron a dar movimiento al botafumeiro (incensario de 120 libras de peso que cuelga del tumbado más alto de la Catedral, delante del altar), en una ceremonia única, llena de espectacularidad.
Al final de la misa sellamos con un nuevo abrazo esa hermandad, ese vínculo que se forma al amparo de la imagen del queridísimo Apóstol Santiago, a quien a estas alturas del partido, tal parecería que ya es nuestro amigo, como que uno lo hubiera conocido desde siempre.
Los inminentes viajes de regreso de cada uno de nosotros impidió que prolonguemos el estar juntos una vez más. Nos despedimos con un nudo atravesado en la garganta y algunos de nosotros cargando un par de libros denominados "Camino de Santiago del Norte, para peregrinos de a pie y en bicicleta" y "Camino del Norte, Ruta Jacobea de Irún a Santiago de Compostela". Una vez terminado el Camino Francés en 2009, el Camino Portugués en 2011, ¿porqué no el más bello y difícil, elCamino del Norte, en el 201x?
Agradecemos inmensamente a nuestras familias y a todas las personas que nos acompañaron en esta nueva peregrinación. Los tuvimos a todos en nuestras oraciones a lo largo de este largo y difícil Camino. Después de todo, éso es lo mejor que les podíamos ofrecer por el inmenso cariño que les tenemos.
Para:
Lorena, Michela y Antonio Giacometti
Cecilia, Francisco Javier y Verónica, Gabi, Juan Francisco, Joaquín y Valentina Páez
Andrea y Juan Fernando Román
Robert y Michelle Varela
Marilú, Priscila, Michael y Emily Wells
Con todo amor, de:
Verónica Barahona
Pietro Giacometti
Francisco Páez
Fernando Román
Roberto Varela
Mark Wells