Luego una fuerte ansiedad cuando llegamos al Monte del Gozo, a escasos 5 km. de nuestra meta y con la primera vista panorámica de la ciudad desde donde miles de peregrinos han entonado el Te Deum en agradecimiento por llegar a la gran ciudad santa del mundo occidental.
En las puertas del horno casi se nos quema el pan cuando, ya dentro de la ciudad, las emociones traicionaron nuestra concentración ciclística, seguramente acostumbrada al campo y no a la ciudad, que nos dio la ingrata bienvenida de dos bicigrinos que besaron involuntariamente el suelo gallego (PG y FJP) sin poder evitar más de una dolorosa rasmelladura, y de una llanta pinchada y tan mal instalada de vuelta que el tubo se salió del aro y de la llanta ante los ojos asombrados de los malos e incrédulos mecánicos responsables.
Al llegar a la meta oficial, la Plaza de Obradoiro, vino el sentimiento de logro tras haber cumplido con éxito una aventura de tanta demanda física y anímica. En este momento Paco había tenido ya su feliz reencuentro con Cecilia, su esposa, quien vino a recibirlo a Santiago de Compostela, mientras Pietro vio llegar el ansiado momento de volver a ver a sus hijos Michela y Antonio que estudian en Italia y con quienes se confundió en un interminable abrazo, de todo lo cual el apóstol y nosotros fuimos emocionados testigos.
Finalmente, y de forma mas importante, vino la gratitud. Gratitud con Santiaguito por habernos traido con bien en esta hermosa aventura. Gratitud con todos Ustedes, nuestros familiares y amigos, que sin sus animos no lo habriamos logrado. Y gratitud con Dios por habernos bendecido con nuestras hermosas familias, a quienes dedicamos este Camino.
Dejando las bicicletas en plena Plaza de Obradoiro nos fuimos a la Oficina del Peregrino para hacer la gran cola de peregrinos que iban en búsqueda de su Compostela, la cual fue recibida con inmensa alegría. Las colas no fueron menos largas para dar un abrazo al santo e ir a visitar su tumba, no sin antes contemplar a la magnífica e inmensa Catedral que empezó a construirse en el Siglo XI. Luego de llegar sano y salvo a la Catedral de Santiago y de físicamente dar un abrazo al santo, la mayor aspiración de un peregrino es la de asistir a la misa que se celebra todos los días a las 12 m. para que caminantes y ciclistas puedan hacer sus plegarias y dar gracias a Dios por haberles permitido completar esta indescriptible jornada que es el Camino a Santiago, lo cual ocurrirá el día de mañana.
Estadisticas del dia
Tiempo: 4:46:29
Distancia: 53.67 kms
Ascenso: 1,143 mts
Velocidad: 11.26 km/h